La medición de la concentración de triyodotironina sérica es generalmente considerada como una herramienta valorable en el diagnóstico de la disfunción tiroidea. Su importancia ha proporcionado
el ímpetu para la mejora significativa de la metodología del ensayo que ha ocurrido en las últimas 2 décadas. La llegada del anti-suero monoespecífico y el descubrimiento de agentes bloqueadores a las
proteínas séricas que se une a T3 han desarrollado en la evolución del radioinmunoensayo en forma simple.
Esta metodología de inmunoensayo con enzima en microplacas proporciona la técnica con sensibilidad óptima donde se requiere algunas manipulaciones técnicas. En este método, la referencia del suero, muestra del paciente o el control se adiciona primero al pozo de la microplaca. El conjugado enzima T3 es adicionado y entonces los reactivos son mezclados. Una reacción de competencia resulta entre el conjugado de enzima y la triyodotironina nativa para un número limitado de anticuerpos que se combinan a los sitios inmovilizados en el pozo.
Después de completar el período de incubación requerida, el anticuerpo unido al conjugado de enzima-T3 es separado del conjugado no unido enzima-T3 por aspiración o decantación. La actividad de la enzima presente en la superficie del pozo es cuantificada por reacción con un sustrato adecuado para producir color.
El empleo de varios sueros referencia con concentraciones de triyodotironina conocidas permite la construcción de una grafica de actividad y concentración. De acuerdo a la interpolación en la curva de dosis respuesta, la actividad de una muestra desconocida puede ser correlacionada a la concentración de T3.